LA PROSTITUCIÓN ES UN ARCO (y 5)
EL NIÑO DESORIENTADO EN LA ESTIMA DE SU CUERPO
(Continuación...)
… se da
un amplio trazado de idéntica calidad aunque de intensidad diversa. El ascenso
a este arco puede empezar con un ombligo al aire (lo están viendo ustedes todos
los días… no se ruboricen a la farisea sajona por leer esto) bajo una camisa
sucinta de cortes y recortes… Modas que no queréis enderezar, madres, por no
toparos con la cara contrariada de la hija: -“Mami, si todas la nenas de mi
colegio van así…”-, por no sufrir la tarea de educar; porque al fin y al cabo
es eso: miedo a sufrir. La madre, liberal y democrática ella, cuya devoción es
peregrinar de beauty palor en beauty palor, leer el Hola y pegarse a los
canales de morbo…, suele decir: -“Eso, hoy, ya no tiene importancia…” –“Sí,
señora madre, ya no tiene importancia… se la ha quitado usted”. A lo peor, se
va a tener que enterar usted algún día de si tiene o no importancia el asunto,
el día que vuelva su hija a casa abatida por la vergüenza.. ¡Al tiempo! Claro
que, a lo peor, tiene usted el remedio infalible para esa hija: ¡el aborto! (que, además, es legal…) Pensará usted, admirada demócrata, que este
editorialista es un puritano… Mire, madre amantísima de una futura hija de la
calle, yo intento hablar con un lenguaje realista, coloquial y perdigonero, es
la diferencia con el de su canal televisivo preferido de la televisión
permisiva y democrática en la que no se puede decir fondillos en castellano,
pero se puede iniciar al niño/a en programas y telenovelas de la más hedionda
chabacanería o se le puede entrenar, little by little, en una prostitución light, imperceptible o casi…, y legalizar el asesinato de seres humanos en el
vientre de sus madres; en ese horroroso desbalance moral descansa el
puritanismo e hipocresía de ricachones y ladrones de guante blanco, palurdos
ilustrados e ignorantes de alta escuela, que con dificultad escriben y hablan
algo en el propio idioma (o idiomas, para no ofender y utilizar un lenguaje
políticamente correcto, que da asco) España y yo somos así, señora: amamos lo
que usted no ama, a su hijo, a su hija…, a los que, a lo peor, tiene usted en
su casa como a perrillos chihuahuas -¡lindos ellos!-. Administre mejor los
campos semánticos a la hora de llamar puritano a alguien, porque de puede venir
devuelta esa estolidez como un pulido boomerang que le roce la papada y le
recuerde que tiene que hacerse usted una liposucción. “!Ojo al Cristo, que es
de piedra!”, decían los labriegos de la Mancha, que eran señores… (me lo
recordaba en un almuerzo Doña Edna Coll)… Nos interesa el don de Dios, la vida
que empieza en el niño… Por eso ladramos.
(Fin de la serie de estos editoriales, publicados originalmente en el Boletín Informativo de la Parroquia de S. Juan de la Cruz, en Puerto Rico, entre los meses de febrero y marzo de 2004)