EL ESTIÉRCOL DEL DEMONIO
Rizo una terna de oro con el texto inefable de editoriales sobre el becerro de oro con el texto inefable de un escritor italiano, converso del pasado siglo XX, que escribió una Historia de Cristo. Siendo yo niño de 7 años, mi padre citándome a este escritor, Giovanni Papini, me previno contra el dinero antes de que lo hiciera mi Maestro de Novicios en la orden Capuchina, de Francisco de Asís, y en la edad florida. Contra el dinero me prevenía mi padre; hoy no sé contra qué se previene a los niños. Perdón, sí lo sé...
"Considerénlo bien los hombres que han de nacer todavía: Jesús ni quiso tocar nunca con sus manos una moneda. Las manos que amasaron el polvo de la tierra para dar vista al ciego; las manos que tocaron las carnes infectas de los leprosos y los muertos; las manos que abrazaron el cuerpo de Judas --mucho más infecto que el polvo, que la lepra y que la putrefacción--; las manos blancas, puras, saludables, curadoras, que de nada podían contaminarse, jamás han soportado uno de esos discos de metal que ostentan en relieve el perfil de los amos del mundo. Jesús podía nombrar, en sus parábolas, las monedas; podía mirarlas en manos ajenas, pero tocarlas, no. Le repugnaban, con repugnancia cercana al horror. Todo su ser se revelaba ante el pensamiento de un contacto con esos sucios símbolos de la riqueza. Cuando le piden el tributo para el Templo, no quiere recurrir a la bolsa de los amigos, y ordena a Pedro que eche la red: en la boca del primer pez que saque, habrá el doble del dinero que se le pide. Hay en tal milagro una sublime ironía que nadie ha visto. Yo no poseo monedas; pero las monedas son de tal suerte despreciables y sin valor, que el agua y la tierra las vomitarían a una palabra mía. El lago está lleno de ellas. Yo sé dónde están, y en cantidad suficiente para comprar, con solo las sueltas, a todos los sacerdotes del templo de Jerusalén y a todos los reyes de las naciones, pero no muevo un dedo para recogerlas. Un subalterno mío las tomará de la boca de un pez y se las dará al recaudador..."
Giovanni Papini (Historia de Cristo)
Publicado originalmente en el Boletín informativo de la parroquia de San Juan de la Cruz de Puerto Rico, nº 824 (mar. 2009)