50.000 "SIN TIERRA ENTRAN EN COMUNIÓN Y LIBERACIÓN"

Conocí a Don Julián Carrón, Presidente de Comunión y Liberación un verano en el norte de Italia, al pie del Mount Blanc con la presión sobre mi pecho por la pureza del aire alpino. No he podido volver más allí. Recuerdo que en un desayuno, junto a Monseñor Albacete y a él, le dije que el carisma de Monseñor Giussani, fundador del movimiento Comunión y Liberación..., era como una gran explosión nuclear que iba a colocar un inmenso hongo atómico de luz sobre la Iglesia en años venideros. Constituye hoy una satisfacción el título del editorial por estar este movimiento acogido silenciosa pero eficazmente, en nuestra parroquia.


Los "Sin tierra" se pasan a Comunión y Liberación
San Pablo (Brasil), 16 mayo 2008 (AICA)

"Nosotros que pertenecemos al movimiento "Sem Terra" de San Pablo, queremos confiarnos a Comunión y Liberación. Aquí hemos encontrado todo lo que necesitábamos. Este es el momento más importante de nuestra historia".

La solemne declaración retumbó en la atestada catedral de la mayor ciudad brasileña. La formuló hace unos días el matrimonio formado por Cleuza Ramos y Marcos Zerbini, que fundaron en 1986 el movimiento de los depauperados brasileños. Con ella, confirmaban el deseo de los "Sin tierra" de engrosar las filas de Comunión y Liberación, el movimiento católico iniciado en Italia por monseñor Luigi Giussani. Afuera del templo caía un intenso aguacero. "Quizás Dios nos envíe esta lluvia insistente para que algunos de ustedes, al entrar en la catedral, se sientan 'dentro' de la Iglesia", afirmó el arzobispo de San Pablo, cardenal Odilio Scherer,  a las miles de personas que por una vez, sí tenían techo para cobijarse.

"Hemos sido testigos atónitos del hecho", afirmaba el presidente de Comunión y Liberación, el sacerdote español Julián Carrón, tras la masiva incorporación. Durante la ceremonia en la catedral de San Pablo, Cleuza Ramos le dijo al padre Carrón: "Hoy no hay ya dos caminos: existe uno solo. Nuestro movimiento quiere servir a la Iglesia conforme al carisma de Comunión y Liberación".

Hay que remontarse a 1986 para ver los albores de los "Sin tierra". El matrimonio Zerbini compró, junto con 18 familias, un solar que dividieron para construir casas. Era apenas el principio de la aventura: hoy cuentan con 14 complejos construidos que albergan a 12.500 familias.

Pero faltaba algo en este primer proyecto: el centro de salud más cercano se encontraba a 18 kilómetros. "Teníamos cerca la facultad de Medicina de la Universidad Federal de San Pablo. Fuimos a hablar con el Rector y nos prometió un médico y una enfermera. Seis meses después me llamaron para presentarme al médico: el doctor Alexandre", explicó Cleuza. Se trataba de un miembro de Comunión y Liberación "y fue surgiendo entre nosotros tres una amistad". Más tarde le confesó a su marido su insatisfacción: "Hemos ayudado a este pueblo y, sin embargo, no ha nacido ninguna comunidad cristiana". Decidieron, entonces, incorporarse a Comunión y Liberación. "Ya no quiero hacer casas. Ahora quiero construir la Iglesia", aseguró Cleuza.


Publicado en Boletín Informativo de la parroquia de S. Juan de la Cruz de Puerto Rico, nº 804 (2008)

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