LOS HIJOS, PAPO, LOS HIJOS...

 


                                                                                 


No sé el efecto que harán mis cartas y recomendaciones en tu ánimo, Papo. Me decías en una ocasión: "--Hombre, Padre, si usted lo dijera de otro modo..." Sí, Papo, sí; es el take it easy. "Dígalo suave para no hacerlo, y sentirme bien"; si usted me lo dice mal, "me quedo con un sentimiento de culpabilidad por no hacerlo, sabiendo que tengo que hacerlo y me siento mal". Como no lees la vida de los santos y los Libros Sapienciales, no tienes ni idea de cómo educar a tus hijos... !Ni idea , Papo! Los has tenido como los has tenido, no sé si de penalty, sin desearlos, deseándolos mal... Total: los tienes como mascotas. Como tienes dinero (mal ganado, pero lo tienes) y algo te dice que la educación en un colegio católico es buena, los llevas a un colegio católico; allí vas sólo cuando se trata de talent shows o de competencias deportivas, porque al nene le gusta "que lo veas"; lo llevas a las catequesis de la Primera Comunión, bueno..., le dices a tu mujer que los lleve, pero si el equipo catequístico parroquial te pide que te involucres, lo llevas a otra parroquia más soft y, además, no vas por allí para nada (en los negocios sucios del dinerín... allí sí que te involucras bien, bien, Papo); la muerte te va a pillar involucrado como una persiana o la pata de un romano. Cuando en la adolescencia se invita a tus hijos/hijas a las catequesis del Sacramento de la Confirmación, ni apareces por la Parroquia para las reuniones de los padres de los confirmandos, envías de nuevo a tu mujer (la verdad, Papo, es que tienes a tu mujer como otra mascota, la mayor de la casa), y es que no puedes tratar con respeto ni a tus hijos ni a tu esposa, tú solo respetas, amas, consideras al dinero, al rampar para obtener ascensos en tu trabajo, al güisqui, a tus pantuflas y tu despiporre en un buen sillón, viendo los deportes de las grandes ligas. Cuando a tus hijos/hijas se les invita a la catequesis de jóvenes y adultos, que es una ocasión para entrar en un camino de fe cristiana serio, nada, nada... ""-- No nene, no; tú ya vas a un colegio católico...; además, en esas catequesis se exagera mucho... Tú, a lo tuyo" (¿y qué es lo de tu hijo, Papo, el entregarse al alcohol, a los abusos del placer, aprovecharse de los demás, como haces tú?) Por fin, cuando está en edad de hacer estudios superiores, le buscas una buena, la mejor (si puedes; y puedes porque tienes muchísimo dinero) universidad que le capacite en el día de mañana para ganar money, alcanzar las altas cumbres de las influencias políticas, del negocio, del poder que es pareja de hecho con el dinero y además del mismo sexo; las cumbres, las cumbres, Papo, para tus hijos, porque tú eres un gran alpinista, esquiador. El invierno pasado un espía te vio en Colorado... (¡Ay, Carmela; ay, Carmela¡) Total, Papo: interés serio, amor por tus hijos ni ¡pum¡ Pero estamos en un tiempo saludable, la Cuaresma; vuelve sobre tus pasos, acógete a la parroquia (no necesariamente a esta), ve a las catequesis para adultos, que en alguna de ellas (¡infórmate¡) se están dando. Tus hijos, aunque no lo expresen, quieren un padre que sea de verdad autor y autoridad que los lleve al verdadero bien y a la verdadera vida. No me obligues a que desobedezca a la Palabra Santa que dice: "No hables demasiado con el insensato, ni andes en compañía del necio" (Ecco 22, 13) Evítame esto, por favor. Esto sí que te lo digo suave.

Publicado originalmente en: Boletín Informativo Parroquia San Juan de la Cruz, nº 720, marzo 2007. Puerto Rico).
Créditos imagen: Pixabay


Entradas populares